dimecres

La eterna pregunta

En todas las reuniones de padres de acogida a las que hemos acudido, otros casos con los que hemos podido compartir, y nuestra propia experiencia, nos indican que recibimos la dichosa preguntita con una cadencia equivalente a las pulsaciones de un ciclista en plena ascensión del Tourmalet.

¿Y no os da pena cuando se vaya?, o peor aún en otra de sus variantes, ¿y no os da pena cuando OS LA QUITEN?.

Quizá la única reflexión útil que se me ocurre es que no comprendo porqué todo el mundo utiliza el presente indicativo del verbo dar, en lugar de su conjugación correcta en futuro simple, dará.

Pero fuera ironías, por las que pido sinceras disculpas, sí que es cierto que es una pregunta que se nos repite de forma continua a los padres de acogida sin diferencia. Nosotros partimos del supuesto de que nadie lo hace con ánimo de ofensa, sino con sorpresa ante lo que culturalmente consideran un derecho, la propiedad sobre los hijos. No puedo entenderlo de otra manera.

Quizá una de las mejores respuestas que se nos ha ocurrido desde nuestra experiencia, sea esbozar una estúpida sonrisa, y pasar de puntillas sobre el tema, ya que esa pregunta encierra de forma muy sibilina todo el quid de la questión, que es el motivo íntimo de cada uno de nosotros para realizar acciones filantrópicas o de ayuda a los demás. Con esa pregunta en realidad te están retando a que te expliques, a que tamices un acto decidido por el corazón con el cedazo del cerebro, y encima permitas la interpretación fácil por parte del interlocutor de turno. No creo que sea justo.

Por eso simplemente nos atrevemos a aconsejaros que sólo entréis al trapo con aquellos a los que de verdad les pueda importar la respuesta. Fijáos sin embargo, que hasta muy entrada la conversación, nadie hará valer los derechos o las necesidades de la parte más importante en esta ecuación, el menor.

Ánimo, como muchas de las cosas en la vida, una imagen male más que mil palabras y lo que de verdad cala es el ejemplo, no la conversación.

Y por supuesto, claro que nos duele, tanto o más de lo que alguien pueda imaginar, pero la experiencia de ver como un ser indefenso, que durante un periodo de su existencia ha dependido casi al 100% de nosotros, y que nos deja para ocupar su lugar en la vida mucho mejor de lo que llegó a la nuestra, mitiga el dolor de la pérdida de alguien que en realidad nunca nos perteneció.

1 comentari:

Unknown ha dit...

Que bueno, coincido contigo en las preguntitas que hacen algunos. Estas son muy buenas tambien. Es española? . Es de aqui? Nos han llegado a preguntar si los padres adoptivos son españoles. Esta claro que somos el peor bicho que vive en este planeta.