dimecres

Los primeros biberones, el gran problema

Cuando apenas llevaba Arantxa con nosotros una semana, vimos que algo no funcionaba bien.

Comía con muchísima lentitud y apenas llenaba los pañales con la, digamos, fluidez aconsejable. Poco a poco, su barriguita se empezó a hinchar y nos asustamos.

Rápidamente la llevamos al pediatra asignado de la seguridad social, (desde aquí le doy las gracias a la doctora porque desde el primer día su trato ha sido EXQUISITO, muchas gracias doctora) y nos avisó, tras alguna prueba de urgencia, que Arantxa padecía alergia o intelorancia a la lactosa. Como ni yo ni Luz estábamos en disposición de ofrecer el pecho a la niña, ésta siempre se ha alimentado de biberón.

Las primeras leches que conseguimos en la farmacia sin lactosa, sólo al olor, eran profundamente desagradables. El color blanco propio de la leche dio paso a un marrón pajoso de textura y olor parecidos a cualquier cosa, menos a la leche. Arantxa decidió que esos inventos se los tomara otra persona, y así estuvimos casi una semana que tomaba un par de sorbos de biberón cuando el hambre la acuciaba, pero que se negaba a tomar apenas al segundo trago del mejunje.

Por fin, tras muchos intentos, dimos con la leche adecuada. Un invento (porque son eso) químico de textura, olor y color parecidos a la leche, pero sin lactosa. Arantxa comenzó a aceptar sus tomas con naturalidad, pero si puediéseis ver el resultado impregnado en sus pañales, os asustaríais. Sus deposiciones eran verdes y de una pestilencia impropia del culito de un bebé.

Pasamos los tres un par de meses muy complicados con ese tema. Al final la cosa se arregló, se le realizaron las pruebas de alergia y fueron negativas. Sólo se había tratado de una intolerancia grave, pero que con el tiempo se solucionaría sin problemas.

Atrás comenzaron a quedar las noches en que dormir tres horas era una suerte, y en las que Aranxta, para tomar apenas 40 cc de "leche", nos tenía una hora despiertos.

¡Ah! quiero agradecer desde aquí a nuestro amigo José uno de los regalos más útiles de todos los que nos hicieron. Nos regaló un fantástico CALENTADOR de BIBERONES, si no hubiese sido por él ...